sábado, 16 de julio de 2011

Lo que siente, lo que cree...


Camila y Mauricio.
En algún pueblo lejano, donde no conocen a nadie, hicieron su vida, y ya algo entrados en años, siguen viviendo el uno para el otro.
Un día como hoy hace varios años atrás, recordaba Camila como se sentía. Mauricio ya no era tierno con ella como solía serlo y ella de alguna forma ya no hacía que el se sintiera bien, sino lo contrario, las veces que conversaban, sin querer conseguía que él se sintiera miserable al igual que ella.
No se veían a menudo como hubieran querido, pero a pesar de eso se trataban mal. Camila se sentía desesperada y no encontraba solución a sus problemas, que iban más allá de no verse a menudo, sabía que lo más sensato era seguir con sus responsabilidades pero le molestaba que después de tanto tiempo no veía resultados.
No se atrevía a decirle directamente a Mauricio lo que siente, lo que cree, pero deseaba que le diera una explicación o que las cosas cambiaran, que sea más tierno con ella y dejara de tratarla mal o que la desmintiera, que era una loca paranoica y se imaginaba cosas, que le asegurara que las cosas no habían cambiado y que la callara con un beso lo más pronto posible. Se siente sola, sin su mejor amigo, sin su amor.
Debía encontrar una forma para que él se entere...

sábado, 9 de julio de 2011

Porque Me Quité Del Vicio


No es por hacerles desaigre…
Es que ya no soy del vicio…
Astedes mi lo perdonen,
pero es qui hace más de cinco
años que no tomo copas,
onqui ande con los amigos…
¿Qué si no me cuadra?…¡Harto!
Pa que he di hacerme el santito:
he sido reteborracho;
¡como pocos lo haigan sido!
¡Perora si ya no tomo,
manque me lleven los pingos!
Dendi antes que me casara
encomencé con el vicio;
y, aluego, ya de casado
también le tupí macizo…
¡Probecita de mi vieja!
¡Tan güena siempre conmigo…!
¡Por más que l´hice sufrir
nunca me perdió el cariño!
Era una santa la probe,
y yo con ella un endino;
nomás porque no sufriera
llegué a quitarme del vicio,
pero, poco duró el gusto,
la de malas se nos vino
y una nochi redepente,
quedó com´un pajarito.
Dicen que juel corazón…
Yo no sé lo que haiga sido;
pero sento en la concencia
que jue mi vicio cochino
el quizo que nos dejara
solitos a mí y a m´hijo,
¡un chilpayate di ocho años
que quedaba güerfanito
a ledá en qui hace más falta
la madre con su cariño!
Me sentí disesperado
de verme solo con mhijo…
¡Probecita criaturita!
Mal cuidado…mal vestido
sempre solo…¡Ricordando
al ángel que´bia perdido!
Entonces pa´no pensar
golvi a darle recio al vicio,
porque poniéndome chuco,
me jallaba más tranquilo,
y cuando yastaba briago
y casi jueras de juicio,
parece que mi dijunta
taba allí, ¡junto conmigo!
Al salir de mi trabajo
m´iba yo con los amigos,
y, aluego, ya a medios chiles,
mercaba yo harto refino
y regresaba a mi casa
onde mi aguardaba m´hijo;
y allí, ¡duro!, trago y trago,
hasta ponerme bien pítimo…
¡Y aistaba la tarugada!
Ya endinantes les he dicho
lueguito vía a mi vieja
que llegaba a hablar conmigo
y encomenzaba a decirme
cosas de mucho cariño,
y yo, a contestar con ella,
como si fuera dialtiro
cierto lo questaba viendo,
en tan mientras que mhijo
si abrazaba a mi asustado
diciéndome el probe niño:
«¿Onde está mi mamacita?
Dime on tá, papacito…
¿Es verdad que testá hablando?
¿Cómo yo no la deviso…?»
«Pos qué no la ve, tarugo,
¡vaye que li haga cariños!»
¡Y el probecito lloraba
y pelaba sus ojitos
buscando ritiasustado
a aquella a quen tanto quiso…!
Una noche, al regresar
destarle dando al oficio,
llego y, al abrir la puerta,
¡ay Jesús, lo que deviso!
Hecho bola sobre el suelo,
taba tirado mi niño,
risa y risa comun loco,
y pegando chicos gritos…
«¿Qué te pasa?…¿Qué sucede…?
¿Ti has güelo loco dialtiro…?»
Pero intonces, en la mesa,
videl frasco del refino,
que yo bia dejado lleno,
enteramente vacío.
Luego luego me di cuenta
y me puse retemuino:
«¿Qui has hecho, escuincle malvado»
¡Ya bebites el refino…!
«¡Paqui aprendas a ser güeno,
voy a romperte l´hocico…!»
Y luego con harto susto
que l´hizo golver al juicio,
y con una voz di angustia
que no he di olvidar, me dijo:
«¡No me pegues…no me pegues…!
No soy malo, papacito.
¡Jue pa ver a mi mamita
como cuando habla contigo!
¡Jue pa quella me besara
y mhiciera hartos cariños!»
Dendentonces ya no tomo
onqui ande con los amigos…
No es por hacerles desaigre,
pero ya no soy del vicio…
Y cuando quiero rajarme
porque siento el gusanito,
de tomarme alguna copa,
nomás mi acuerdo de mhijo
y entonces si ya no tomo
¡manque me lleven los pingos…!

Carlos Rivas Larrauri

domingo, 3 de julio de 2011

Amiga



Una hermosa rubia y yo nos preguntábamos por ti, añorábamos tiempos en los que pasabas momentos con nosotras, en que todo era risas; y las lágrimas eran producto de las risas, extrañábamos  a nuestra mejor amiga, la de las historias increíbles, la del apellido extraño la de la descendencia interesante, la de las ideas geniales, la que tenía las palabras tiernas y la disposición a ayudar, la que nos consideraba parte de su familia.
Aquellos tiempos en que todo era tan sencillo, en que las aventuras más arriesgadas era lograr quedarnos a dormir en la casa de la otra, lo hice en varias ocasiones y era tan divertido, hablábamos de todo sobre todo y de todos, queríamos envejecer juntas, ser las tías de nuestras hijas y ponerle nuestros nombres, eramos más que hermanas.
Algo sucedió, nunca lo comprendimos, nunca lo comprenderé, sufrimos más que perder algún amor, lo de nosotras era más fuerte, quisiéramos secuestrarte y hacerte confesar que ocurrió.
Te recordamos siempre pero hoy en especial, es tu cumpleaños y tenemos esta fecha marcada aunque queramos olvidarla.
Si por casualidad llegas a leer esto, aún recuerdo el último abrazo dado, en esos segundos sentí que la chica que era nuestra amiga no se había ido que seguía ahí en algún lugar y en ese momento estaba feliz por todo lo que había pasado. Feliz Cumpleaños amiga, una rubia y yo aún te queremos.

sábado, 2 de julio de 2011

Entre árboles y humanos


Las personas son como árboles, hay tantos y ninguno se parece al otro.
Imagina que un árbol tome un hacha y te corte las piernas!! D:
Las personas son como árboles, algunas con raíces fijas y fuertes, otras de fácil remoción. Algunas hacen tanto bien a los demás, otras invaden el terreno ajeno.
A algunos árboles los podan, los hombres se cortan el cabello y las uñas (tejido muerto).
Respiramos,crecemos, nos reproducimos, envejecemos, morimos, sentimos... Pero entre las personas y los árboles, me quedo con los árboles.
De niña solía tragar las semillas de mandarina porque había escuchado un cuento sobre un niño que al hacerlo se convirtió en uno.
Hubiera querido ser un árbol, pero no se que sería de mi suerte. Ni aún ahora lo se.
Dejé de tragar las semillas hasta el día que me enteré que se podían ir a mi apéndice D:.
La única desventaja de ser un árbol es que no podría caminar y me gusta mucho hacerlo.